Virosophie nació de la fascinación por el virus: una entidad que sólo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos. Virosophie es una práctica filosófica. Virosophie cataliza: hace converger tres fuerzas que provienen de vivencias y campos académicos distintos perturbando el contexto que la acoge. Virosophie genera reflexión a partir de acciones plásticas. Se trata de una experiencia grupal que no anula la creatividad individual sino que la potencia poniéndola en relación con las que la rodean. Virosophie existe gracias a la presencia de los otros.

Nuestra propuesta tiene como objetivo intervenir los contextos donde realizamos nuestras obras, "perturbándolos". Con perturbación queremos decir que nos interesa trabajar sobre los órdenes jerárquicos que estructuran los espacios en donde habitamos. Para ello partimos de la interacción entre nosotros mismos la cual, a su vez, detona encuentros o desencuentros con la gente que presencia las acciones que realizamos. Pero no se trata de hacer de la gente un instrumento de la obra; al contrario, la obra se despliega como un espacio laboratorial, un motor, en el que las vivencias particulares de la gente se relacionan entre sí, más allá de los órdenes que habitualmente las rigen. Por consiguiente separaciones rígidas, como práctica vs teoría o sujeto vs objeto, tienden a disolverse.

Collectivo Virosophie